viernes, 30 de enero de 2009

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martes, 27 de enero de 2009

Cabalgatas


Cabalgatas con historia
Día de cabalgata por las tierras de la batalla de San Carlos con guía experto.



Batalla de San Carlos

El 8 de marzo de 1872 las fuerzas del Ejército Argentino dirigidas por el General Rivas y el Coronel Boerr derrotaron a más de 3. 500 indígenas mandados por el cacique chileno Juan Calfucurá.
Producida la Revolución de Mayo, los primeros gobiernos patrios debieron realizar negociaciones con los naturales con el fin de evitar que éstos llevaran a cabo ataques contra las poblaciones de la frontera, a pesar de ello y aprovechando que las fuerzas militares debían ser empleadas en las guerras por la independencia, voroganos, ranqueles, pampas y araucanos continuamente asolaban las estancias y poblaciones del sur de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza.
En 1833, Juan Manuel de Rosas realizó la primera gran campaña para pacificar la frontera, logrando mediante una combinación de tratados de paz.

Calfucurá y la confederación de tribus

En 1835, una caravana de unos 200 indios araucanos llegados de Chile se presentó a comerciar, como era habitual al menos una vez al año, con la tribu vorogana de Salinas Grandes (actual provincia de La Pampa). Por primera vez se escuchó en las pampas el nombre del cacique Juan Calfucurá que comandaba a los chilenos.
Atrajo a voroganos, pampas, ranqueles y araucanos y en pocos años formó una enorme confederación con la que dominó rápidamente el sur de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba San Luis, Mendoza, y las actuales provincias de La Pampa, Neuquén y Río Negro teniendo como centro Salinas Grandes.
Derrocado Rosas el 3 de febrero de 1852, Calfucurá (calfú azul, curá piedra) dio una muestra de la nueva etapa que comenzaba en la trágica historia de la lucha contra el indio al atacar al día siguiente Bahía Blanca con 5.000 guerreros. La línea de frontera retrocedió hasta la existente en 1826 y todo lo ganado en la campaña de 1833 se perdió.
En febrero de 1855 arrasó el poblado de Azul con una fuerza de 5.000 lanceros, Yanquetruz, subordinado del cacique chileno, al frente de 3.000 guerreros asoló Tandil. Mientras Calfucurá saqueó la población de Puntas de Arroyo Tapalqué.
El 29 de octubre las fuerzas nacionales fueron atraídas por Calfucurá hacia una zona llana y fangosa llamada San Jacinto ubicada entre las sierras de ese nombre y el Arroyo Tapalqué donde la caballería argentina casi no podía moverse. Las fuerzas de Hornos fueron atacadas desde todas direcciones y sufrieron una terrible derrota quedando muertos sobre el campo de batalla 18 jefes y oficiales y 250 soldados, además 280 resultaron heridos y se perdieron numerosas armas, pertrechos y municiones. Aprovechando la victoria, los naturales continuaron los malones sobre las ahora indefensas poblaciones de Cabo Corrientes, Azul, Tandil, Cruz de Guerra, Junín, Melincué, Olavarría, Alvear, Bragado y Bahía Blanca.
El 5 de marzo de 1872, rompiendo el tratado de paz firmado con el gobierno del entonces presidente D. F. Sarmiento, el cacique chileno al frente de 3.500 guerreros cayó sobre los partidos de Alvear, 25 de Mayo y 9 de Julio. El ganado robado era en parte utilizado por los indios para propio consumo pero en su gran mayoría se llevaba a Chile donde era vendido a los estancieros locales que luego a su vez lo comercializaban en Europa.
Para que el lector tenga una idea de la magnitud de las fuerzas empleadas en estas invasiones debe tener en cuenta, usándolo como punto de comparación, que el Ejército de los Andes apenas superó los 5.000 efectivos. Cuando el grueso de los salvajes se retiraban con el botín fueron interceptados por las tropas de Rivas y Boerr en las proximidades del fortín de San Carlos (actual Bolívar), generándose la batalla que nos ocupa tratar.




Las fuerzas opuestas

a) El Ejército Argentino
La composición de las fuerzas nacionales que intervinieron en San Carlos
En total 1.525 hombres aproximadamente: 165 infantes de línea, 100 hombres de caballería, 320 Guardias Nacionales y 940 indios aliados.
b) Ejército de Calfucurá

En total, el cacique chileno logró concentrar en San Carlos alrededor de 3.500 guerreros bajo su mando supremo. En el momento de la batalla los dividió en cuatro grupos, tres de ellos con 1.000 hombres cada uno al frente de los Caciques Renquecurá, Catricurá y Manuel Namuncurá y el cuarto con 500 con Mariano Rosas que actuó como reserva. Todos montaban a caballo siendo la calidad de los mismos excelentes, como era común entre los indios.
El armamento era bastante rudimentario, la lanza era el arma más usual, hecha en general con caña tacuara elegida por su flexibilidad, la punta de las mismas podía ser de piedra o metal. Otras armas de uso generalizado eran las boleadoras, utilizadas para enredar las patas del caballo del rival o para golpear al oponente con ellas en el combate cuerpo a cuerpo. También se utilizaban cuchillos de diversos materiales.
La vestimenta dependía de las posibilidades del usuario aunque en general era pobre, andando semidesnudos cubriéndose con algunas pieles y una vincha para sujetarse la larga cabellera. Sobre el lomo de los caballos se ponía una manta o jerga para protegerlo. Como puede verse el equipamiento de los indígenas era sumamente liviano lo que les daba una gran agilidad sobre todo para escapar ya que en general evitaban el combate salvo que consideraran que eran superiores al enemigo.
Calfucurá arengó a sus tropas e hizo desmontar a parte de sus hombres con el fin de utilizar las mejores caballadas para atacar al ejército nacional por los flancos. Las fuerzas argentinas que respondieron echando pie a tierra y disparando sus armas contra la indiada que a pesar de las bajas se aproximó produciéndose un durísimo combate cuerpo a cuerpo.

Fuente
Breve resumen.
Textos de Sebastian Miranda- Licenciado en Historia
http://www.deyseg.com.ar/notas/historia/aazona26-sancarlo.htm

RATUR


Diario La Mañana - San Carlos de Bolívar Sábado, 29 de noviembre de 2008,

ROBERTO FERNANDEZ SPERONI, DE RATUR

"Hay campos que reciben ingresos superiores por turismo rural que por la vía agrícola-ganadera"


El pasado sábado se realizó en las instalaciones del CRUB un seminario de turismo rural en el que se abordaron las particularidades de la actividad y su potencial económico. Sobre eso hizo alusión el presidente de RATUR, una de las entidades promotoras de la propuesta; también habló de la legislación necesaria y existente, entre otros aspectos de la cuestión.Durante la jornada del sábado pasado se llevó adelante en la sede del Centro Regional Universitario local un seminario sobre turismo rural en el que se abordó es-ta propuesta como actividad económica así como el marco legal correspondiente. La organización corrió por cuenta del propio CRUB, la estancia Las Tres Marías y la Red Argentina de Turismo Rural (RATUR). Dentro de los expositores se encontraron, de acuerdo al programa, Carlos Ezequiel Garobbio, Ricardo Horacio Nardelli y Olga Mar-ti, quienes se refirieron a cuestiones tales como aspectos legales y jurídicos de la actividad turística; los estancieros -dentro de la perspectiva de la tradición gauchesca-; contenidos, características y calidad del servicio a prestar en turismo rural; así como también acerca del origen y pormenores de RATUR. Otro de los disertantes fue Roberto Fernández Speroni, presidente de RATUR, quien habló con los medios de prensa minutos antes de su alocución. "Hace 11 años nació en el INTA la Red Argentina de Turismo Rural; lo hizo en medio de una crisis importante, cuando una vaca valía menos que un par de zapatos, y consideramos que hacer turismo rural podía implicar un ingreso económico más (para la gente de campo), importante si se trabajaba a conciencia y en forma ordenada. El tiempo nos dio la razón; hoy hay campos -chicos- en los que los ingresos por esta vía son superiores a las entradas por la vía agrícola-ganadera", manifestó el estanciero patagónico. De acuerdo a su explicación, la Red comenzó por interiorizar al propietario de los campos de cuestiones elementales como cobrar por la estadía en su campo. "Esto viene de la vieja hospitalidad de la gente de campo, acostumbrada a tener huéspedes dos o tres días, hacerse amigo de ellos y no querer cobrarles después. Fue muy duro convencer a nuestros asociados que había que cobrar desde el primer día", manifestó. De acuerdo a Fernández Speroni, una de las cuestiones importantes que favoreció el turismo rural fue el hecho de conglomerar a toda la familia. "La mujer y los hijos tenían un lugar en la producción del campo; cuando las cosas estaban mal, los hijos terminaban siendo taxistas o plomeros y la mujer quedaba sin lugar asignado", detalló. Además, rescató la posibilidad de conservación de los viejos cascos de estancia; "eso que era patrimonio nacional se estaba viniendo abajo y era imposible utilizarlos. La crisis del sector hizo que no se pudieran mantener y el turismo rural los rescató. Los que estaban cerca de Buenos Aires terminaron siendo countries y los que estaban en el interior recuperaron su esplendor". El presidente de RATUR remarcó también que esta actividad permite la conservación de los recursos naturales. "Estamos acostumbrados, en Bariloche, a ver un turismo masivo, donde un aerosol hace estragos en cualquier piedra, donde es imposible de gobernar esa cantidad de gente, donde la basura queda por todos lados. Yo he visto en la 'Cueva de las manos' gente que ha pintado sus manos y se ha llevado pinturas rupestres; hay tres cuevas más de este tipo que no están abiertas al público porque no se pueden cuidar. Si uno es dueño de un campo, como en el caso de los ubicados en la Patagonia, en los que existen tumbas de indios, puntas de flechas o bosques petrificados, y uno lleva un contingente pequeño de gente, se puede apreciar el paisaje conservándolo. Eso es imposible de hacer con un contingente de cien personas", describió. Finalmente destacó que también "se pudo mostrar el campo al mundo. Mostrar la forma de vida, las costumbres, el trabajo y eso fue muy importante porque hoy tenemos una gran cantidad de turistas extranjeros que nos visitan, a los cuáles Argentina les parece un país maravilloso, seguro -ya que consideran que la seguridad está pasando 50 kilómetros de Buenos Aires y eso es así en nuestro interior-".En lo tocante a la función que RATUR cumple para con sus asociados -entiéndase, las estancias adheridas a la Red-, su presidente enumera la enseñanza de contabilidad, costos, leyes, cómo llevar la cocina -no es fácil recibir a veinte personas al mismo tiempo cuando no se está acostumbrado-. "También editamos una guía anual en la que figuran todos nuestros socios. Esa guía está por Internet, se conoce en todo el mundo, va a las distintas embajadas, y hacemos también una exposición de socios, todo lo cual ha dado grandes resultados", agregó.La Red se ocupa también de seguir de cerca la legislación vigente en la materia. "Está de moda querer hacer leyes por todo. Hay miles de leyes de turismo rural que son todas un desastre porque, entre otras cosas, comparan las viviendas que quiénes se dedican al turismo rural con un hotel y les exigen cloacas, determinada cantidad de mozos, cocineros o mucamas que tornarían inviable la actividad", expresó Fernández Speroni. De acuerdo a su testimonio, desde RATUR se ha redactado un proyecto de Ley que consideran factible, en el que tienen en cuenta este tipo de cuestiones. "Creo que tendremos que ir Partido por Partido, provincia por provincia, y después recién propiciar una ley nacional", ahondó en el tema. "La mayoría de las leyes que vemos abarcan todo el territorio y eso es imposible. La gente de Salta no es la misma que la de Tierra del fuego; tienen otras necesidades, otros derechos, otras obligaciones. A partir de que en cada Partido se reglamente al respecto se irá elevando un proyecto que incluya a las provincias y a la nación en su totalidad", dijo. Al respecto, Fernández Speroni expresó que la Red mantiene contacto con los Municipios y los gobiernos provinciales. "Estamos en contacto primero con el secretario de Calidad Turística de la provincia de Buenos Aires, quien nos comunica con los referentes de los distintos Partidos en los que existe inquietud de reglamentar la actividad", dijo.Consultado sobre los riesgos que implica el turismo rural para los dueños de estancia, el presidente de RATUR hizo mención a la cuestión de los seguros. "Nos dimos cuenta de que aquel que hacía turismo rural se exponía a un accidente de un extranjero y cuando eso ocurre, generalmente, el juicio empieza fuera del país. Y lleva millones de dólares, con lo cual a un estanciero le dábamos la herramienta del turismo rural y le costaba el campo. Así fue como desde la Red inventamos un círculo cerrado de unos cuarenta campo en lo que hubiera un potencial de siniestrabilidad parecido. La posibilidad de que ocurrieran siniestros en todos esos campos es muy baja; eso permitió bajar la primar y llevar a un seguro, que costaba tres mil dólares, costara trescientos. Ese fue uno de los 'grandes ganchos' para asociar a los establecimientos a RA-TUR", explicó. En la zona de Bolívar son varias las estancias asociadas a la red, como el caso de Las Tres Marías. Y la idea es promocionar el ingreso de otras a lo largo y lo ancho del territorio nacional. "Estamos saliendo a los campos. Hace poco estuvimos en Chascomús, ahora estamos en Bolívar y así continuaremos", manifestó. Sobre los ingresos que permite el turismo rural, Fernández Speroni ejemplificó: "un cazador, un pescador, dejan unos siete mil dólares por semana; a más número de turistas, mayores ganancias. Y qué actividad le permite a un campo obtener tales ingresos. Pero para llegar a recibir a seis o siete turistas de esa índole por semana previamente hay que subir varios escalones: tenés que empezar a hablar jabones de 30 gramos, cambiar los colchones cada dos años, tener una lavadora industrial con una fórmula internacional; es decir, aplicar estándares internacionales. Nosotros lo que hacemos es aplicar estándares argentinos acordes a la demanda internacional para aquel que agarre una guía RATUR no tenga dudas de que el agua caliente es agua caliente, que existe limpieza y servicio de calefacción. Porque muchas veces se prometen cosas que luego no existen", concluyó.

Virginia Grecco